Cuando un abogado de Familia se convierte en tu mejor aliado

Como sabes, el Derecho es una disciplina muy compartimentada. Existen varios órdenes jurisdiccionales, cada uno con sus propias normas. E incluso dentro de cada orden existen campos muy dispares. Precisamente por eso siempre recomendamos recabar la ayuda de especialistas cuando tenemos que resolver una necesidad jurídica. Y hoy vamos a hablar de algunos espacios comunes […]
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Cuando un abogado de Familia se convierte en tu mejor aliado

Como sabes, el Derecho es una disciplina muy compartimentada. Existen varios órdenes jurisdiccionales, cada uno con sus propias normas. E incluso dentro de cada orden existen campos muy dispares.

Precisamente por eso siempre recomendamos recabar la ayuda de especialistas cuando tenemos que resolver una necesidad jurídica. Y hoy vamos a hablar de algunos espacios comunes dentro del Derecho de Familia, que convertirán a tu asesor en tu mejor aliado.

¿Qué campos abarca el Derecho de Familia?

El Derecho de Familia abarca las relaciones más cercanas dentro del ámbito privado de la persona. Entra en juego desde el mismo momento del nacimiento, regulando cuestiones tan relevantes como la patria potestad o la guarda y custodia.

La filiación también es relevante en los casos de adopción. Y no podemos olvidar las instituciones de tutela y curatela, muy relacionadas con la protección de parientes menores o incapacitados.

El siguiente momento relevante para esta rama del Derecho se da en el matrimonio. Aquí es fundamental asesorarse adecuadamente, pues no solo se trata de que la unión sea válida. El Derecho de Familia también entrará en cuestiones como el régimen económico-matrimonial, que va a regir la vida económica de los cónyuges.

Por supuesto, el matrimonio puede disolverse por medio del divorcio. Incluso puede conservarse tras una crisis, pese a haberse roto la convivencia, al tramitarse la separación.

En este momento será más importante que nunca contar con asesores expertos y cualificados, ya que habrá que regular cuestiones como el establecimiento de pensiones o la atribución de la vivienda familiar. Cuestiones todavía más relevantes cuando el matrimonio tiene hijos, pues se deberán establecer regímenes de guarda y custodia, de visitas y comunicaciones…

El último momento trascendental del Derecho de Familia se produce en el momento del fallecimiento. Tras el deceso de una persona se abre su proceso sucesorio, que suele generar conflictos entre sus sucesores.

Como si de sacramentos se tratara, esta rama del Derecho adorna los momentos más relevantes de la trayectoria vital de cada persona.

¿Por qué es importante contar con especialistas?

Al tratarse de hitos vitales, la persona afectada puede verse tentada de contratar al primer abogado de familia que le salga al paso.

  • Ante los eventos más traumáticos (separaciones, divorcios, herencias, pérdidas de la patria potestad o la guarda y custodia…) solemos encontrarnos en un estado emocional que no nos permite concentrarnos en gestionar adecuadamente nuestra situación.
  • Y cuando el hito es favorable (matrimonios, adopciones…) es frecuente que estemos en disposición de celebrar y no de invertir tiempo en buscar a un especialista.

Pero debemos ser conscientes de la importancia que tiene regular adecuadamente cada una de las etapas de nuestra vida.

A diferencia de lo que ocurre con otro tipo de letrados, con un abogado de familia se suele establecer una relación duradera y de elevada confianza. Lo más probable es que, salvo que haya desarrollado mal su trabajo, el abogado que me gestionó el divorcio también me lleve las reclamaciones de pensiones. E incluso que lo llame el día que tenga que tramitar una herencia.

Y es que el Derecho de Familia está presente a lo largo de toda nuestra vida, algo que no pasa con otras ramas del ordenamiento jurídico.

De modo que antes de elegir al especialista en quien depositaremos nuestra confianza es recomendable invertir algo de tiempo. Comparar opciones e incluso entrevistarse con varios juristas.

Elegir a un buen Abogado de Familia puede tomar su tiempo, pero beneficiarnos de su experiencia a lo largo de toda nuestra vida y saber que dejamos a nuestros allegados en buenas manos no tiene precio.

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