La importancia de los abogados en propiedad intelectual
La importancia de los abogados en propiedad intelectual
Los abogados de propiedad intelectual son los encargados de proteger marcas, patentes y otras creaciones derivadas de la propiedad intelectual. Entre ellas, música, literatura, vídeos, películas, cortometrajes e incluso código informático.
Como se comprenderá, estos activos son especialmente valiosos en una economía desarrollada. Según datos de la Unión Europea, ya entre 2014 y 2016 los Derechos de Propiedad Intelectual representaron el 38,9% de los puestos de trabajo en la UE (el 29,2% si solo atendemos a los puestos directamente relacionados con el sector) y el 45 % de su PIB.
De hecho, los derechos de propiedad intelectual representan un porcentaje importante (generalmente, superior al 50%) del capital de las grandes multinacionales.
Siendo así, no es de extrañar que cualquier persona dedicada a la creatividad o toda empresa esté preocupada por la protección de sus activos intangibles.
¿Cómo se protegen los activos intangibles?
Cada elemento de propiedad industrial se somete a un régimen de protección específico.
Así, no es lo mismo la protección de una marca que la de una patente o un diseño. Todas estas cuestiones se enmarcan dentro de la propiedad industrial, que se complementa por la propiedad intelectual. La propiedad intelectual, a su vez, protege activos generalmente relacionados con manifestaciones artísticas, pero también bases de datos y código informático.
De modo que antes de iniciar las acciones encaminadas a proteger estos activos, es fundamental determinar su tipología y cursar los correspondientes registros o solicitudes, dependiendo del caso. Además, esta estrategia suele iniciarse con un estudio del sector y continuarse con una constante monitorización, para prevenir la vulneración de los derechos protegidos.
¿Cómo contribuyen los abogados a este régimen de protección?
Aunque algunos derechos de propiedad intelectual nacen con la mera creación, otros requieren la gestión del correspondiente trámite de registro. Pero, en ambos casos, su protección requiere de cierta vigilancia y de conocimiento del sector.
Ante una vulneración de los derechos de propiedad industrial o intelectual, es el propio titular de los derechos quien debe reaccionar. El ordenamiento jurídico pone a su disposición una serie de herramientas, que incluyen la posibilidad de impedir que la vulneración persista, de incautar bienes falsificados y de exigir indemnizaciones.
Elegir una u otra opción dependerá de los intereses del titular de los derechos, pero en todo caso va a ser necesario realizar reclamaciones judiciales o extrajudiciales, que además deberán estar debidamente documentadas y contar con una argumentación jurídica y un conjunto de pruebas sólidas.
Los abogados especialistas en protección intelectual e industrial realizan labores de vigilancia para evitar que los derechos de sus clientes sean vulnerados. Al detectar vulneraciones potenciales, investigan el caso y desarrollan o solicitan informes periciales que permitan determinar con precisión si ha habido una violación del derecho o no.
En caso afirmativo, valoran los daños y solicitan la cesación y, en su caso, la indemnización inmediata al infractor. Y en caso de no obtener respuesta representan los intereses de sus clientes ante los tribunales.
Este proceso es imprescindible si se quiere evitar lesiones patrimoniales o reputacionales, que en muchos casos son más lesivas que las meramente económicas. Por eso es importante que toda empresa o creativo cuente con la asistencia de un despacho de abogados especializado en la materia.
Aunque algunas de las tareas de propiedad de los activos intangibles se pueden realizar sin la asistencia de un abogado, lo más recomendable es dejarlo en manos de especialistas. Su experiencia en el sector ayudará a que los trámites se realicen rápida y correctamente, evitando que queden activos sin proteger, que se denieguen las solicitudes por errores formales o que, por accidente, el titular de los activos perjudique sus propios derechos e intereses.